MinerAlert
Amphipterygium adstringens
Anacardiaceae
Cuachalalá (Reko,1996, Schoenhals, 1988), volador, quetchalalatl (White, 2000), cuyachinalá, maceran, matixeran, pacueco, (Argueta, 1994) palo santo (Schoenhals, 1988), cáscara (Ford, 1975).
Este árbol tropical dioico (las flores masculinas y femeninas se encuentran en árboles distintos) resinoso y deciduo es nativo del sur de México (Mabberley, 2008).
La corteza del árbol.
Trozos de la corteza del árbol se hierven en agua y se toman como té. Dicha decocción puede también tomarse en frío, utilizada como enjuague bucal para fortalecer las encías o ser aplicada tópica o intra-vaginalmente, para tratar diversos problemas de salud, como infecciones o urticarias (Argueta, 1994).
Una decocción hecha de la corteza se toma para el tratamiento de problemas estomacales y úlceras gasticas (Quattrocchi, 2012). En la medicina tradicional mexicana, la corteza del árbol se hierve en agua y se toma como té para tratar una amplia gama de padecimientos tales como ulceras gástricas, problemas hepáticos, como purificador de la sangre, para tratar infecciones renales, para bajar los niveles de colesterol, contra piedras en la vesícula, úlceras bucales, dolor de muelas, fiebres intermitentes, venas varicosas, diabetes, fiebre tifoidea, malaria, y cáncer del estomago. La corteza macerada en agua se toma como agua de uso contra las úlceras gástricas. Para las heridas, un té se toma o la corteza pulverizada se aplica a la piel. La goma blanca o resina del árbol se aplica a la piel para tratar granos o abscesos. La decocción de la corteza se aplica tópicamente como un lavado contra problemas de la piel o urticaria, contra las rozaduras en los bebés, contra la alopecia, para las mordeduras o picaduras de los animales ponzoñosos, como una coadyuvante para cicatrizar las heridas, se aplica en la vagina para infecciones y secreciones o “flujos” vaginales, contra la fiebre puerperal, contra el “útero caído” y para tratar la “frialdad” de la matriz. Esta planta se considera de naturaleza “caliente” (Mendoza Castelán and Lugo-Pérez, 2011; Berdonces, 2009; Navarrete et al., 2006; Argueta et al, 1994; Martínez, 1989). La madera rinde un colorante rojo (Berdonces, 2009; Mabberley, 2008).
Un estudio evaluó el potencial de percepción anti-quórum o autoinducción (un proceso de comunicación entre células bacterianas que afecta la patogenicidad de éstas) de una mezcla de ácidos anacárdicos aislada del cuachalalate, para prevenir el comienzo de infecciones bacterianas como una opción alterna a la terapia con antibióticos. Los resultados del estudio mostraron que la mezcla de ácidos anacárdicos aislada de esta planta demostró percepción anti-quórum o autoinducción en la bacteria patógena Pseudomonas aeruginosa (Castillo et al., 2013).
Un estudio evaluó el efecto inmuno-estimulante de un extracto acuoso del cuachalalate sobre la respuesta celular inmune en ratones con respuesta inmune suprimida. Los resultados del estudio demostraron que el extracto acuoso de esta planta fue un agente positivo en la estimulación inmune en ratones con linfoma, así respaldando su uso en la medicina tradicional contra un sistema inmune deprimido (Ramírez-Leon, et al., 2012).
Un estudio evaluó el efecto de un extracto metanólico del cuachalalate sobre la actividad anti-inflamatoria y farmacocinética del diclofenaco, un medicamento antiinflamatorio no esteroide o NSAID (por sus siglas en inglés). Se estudio el efecto protector del extracto de la planta sobre los daños en la mucosa gástrica inducida por el diclofenaco en ratas. Los resultados del estudio indicaron que el extracto de cuachalalate protegió la mucosa gastica de las ratas del daño inducido por el diclofenaco, sin alterar el efecto antiinflamatorio o la farmacocinética de este medicamento (Navarrete et al., 2005).
Oviedo-Chávez et al. (2004) estudiaron el potencial terapéutico y las propiedades antiinflamatorias del cuachalalate. Los investigadores evaluaron el uso de extractos acuosos (EA) y de hexano (EH) obtenidos del cuachalalate en dos modelos de inflamación aguda en animales de laboratorio. Los resultados del estudio indicaron que los EA y EH de la planta pudieran poseer diferentes mecanismos de acción relacionados a la inflamación.
La resina del cuachalalate contiene compuestos potencialmente antiinflamatorios, incluyendo los ácidos masticadienónico, alfa-hidroximasticadienónico y masticadienónico/isomasticadienónico. Ya que este árbol es dioico (las flores masculinas y femeninas se encuentran en árboles distintos), las mayores acumulaciones de los ácidos masticadienónico, alfa-hidroximasticadienónico y las mezclas de ácidos masticadienónico/isomasticadienónico se aislaron de los árboles femeninos y una mezcla del ácido alfa-hidroximasticadienónico, al igual que el de un compuesto todavía no identificado, fueron aislados de los árboles masculinos. Los resultados del estudio preliminar relacionado al uso potencial de esta planta como antiinflamatorio, demostraron que el compuesto conocido como acido alfa-hidroximasticadienónico demostró poseer una potente actividad anti-inflamatoria (Olivera-Ortega et al., 1999).
Antes que decida tomar alguna planta medicinal o suplemento herbario, asegúrese de consultar primero con un profesional de la salud. Evite el autodiagnóstico y la automedicación: ¡Sea precavido (a)!