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Curcuma longa
Zingiberaceae
Turmeric, haridraa, haldi, halood, nuhna, ro miet, jiang huang
Los tallos subterráneos (rizomas) o “raíces”, al igual que las flores.
¿Dónde se encuentra? La cúrcuma crece en varias partes de Asia incluyendo la India, Camboya, China y Malesia (Quattrocchi, 2012).
La cúrcuma es una planta cuyos tallos subterráneos (rizomas) han sido utilizados por varios siglos (solos en combinación con otras plantas medicinales) como especia, medicina y colorante amarillo natural para alimentos, en la India como en otras partes de Asia (Bandyopadhyay, 2014; Quattrocchi, 2012; Gupta et al., 2013).
Su uso tradicional como medicina herbaria en los principales sistemas de medicina tradicional de la India (Ayurveda, Siddha y Unani) ha sido para tratar un sinnúmero de dolencias incluyendo asma, inflamaciones, alteraciones hepáticas y biliares, dispepsia, úlceras pépticas, infecciones por hongos (micosis), heridas y enfermedades de la piel. Los rizomas también se emplean contra parásitos intestinales, amenorrea (ausencia de la menstruación), cólera e ictericia (Khare, 2007, 2004; Tang and Eisenbrand, 2011; Sivarajan and Balanchandran, 1994).
Las flores de cúrcuma se toman como té para bajar la fiebre. Una pasta hecha de las flores se aplica tópicamente para tratar la tiña, gonorrea y enfermedades parasitarias de la piel (Quattrocchi, 2012).
Los curcuminoides contenidos en el rizoma le dan el color amarillo a la planta y están compuestos de una mezcla de curcumina (también conocida como diferuloilmetano, Amarillo Natural 3 y E100), demetoxicurcumina, y bisdemetoxicurcumina. La curcumina comprende aproximadamente un 90% del contenido total de los curcuminoides presentes en el rizoma (Chaudhari et al., 2015).
La curcumina posee varios efectos benéficos para la salud, incluyendo antimicrobianos, anti-inflamatorios, antioxidantes, antivirales y anti-angiogénicos (previenen la formación de nuevos vasos sanguíneos en los tumores). Adicionalmente, la curcumina puede proteger contra problemas neurodegenerativos tales como la enfermedad de Alzheimer y posee efectos hipoglucemiantes (antidiabéticos). Una de las características más sobresalientes de este compuesto fitoquímico es que posee actividades antitumorales potentes; previene la invasión de los tumores y metástasis en varios animales de laboratorio, incluyendo cánceres de pulmón, hígado, estómago, colon, pecho y esófago, entre otros (Bandyopadhyay, 2014; Tang and Eisenbrand, 2011)
Chaithongyot et al. (2015) reportó que uno de los varios compuestos fitoquímicos encontrados en el rizoma de la cúrcuma, el Curcuma C20-dialdéhido, podría ser un potencial agente antineoplásico (anti-cancerígeno) para la quimioterapia y/ o quimio-prevención de los cánceres de colon, como los de la cérvix (cuello uterino), por ejemplo.
Un estudio evaluó el posible efecto sinérgico (usado en combinación) de la curcumina y un compuesto antitumoral conocido como ABT-737. Los resultados indicaron que la combinación de la curcumina con el ABT 737 puede efectivamente inducir la muerte de las células del hepatocarcinoma (un tipo de cáncer de hígado) al inducir la muerte programada de las células por medio de la apoptosis. Asimismo, el uso de la curcumina puede ofrecer una estrategia para el tratamiento potencial para los pacientes que sufren este tipo de cáncer hepático (Zheng et al., 2015).
Las micosis invasivas (infecciones por hongos) pueden ser una complicación importante relacionada a algunas manifestaciones del cáncer, ya que pueden ser una causa importante de la morbilidad y mortalidad en pacientes que sufren de esta enfermedad. La curcumina posee un poderoso efecto antifungal contra diversas estirpes de hongos como Candida, Cryptococcus, Aspergillus, Trichosporon y Paracoccidioides. Adicionalmente, la curcumina posee un muy buen perfil de seguridad, aún ingerido en grandes dosis. Por estas razones, se espera que más estudios científicos con la cúrcuma y su principal ingrediente, la curcumina, conlleven a más estudios clínicos, así como también mejorar la tasa de supervivencia de las infecciones por hongos entre los pacientes de cáncer (Chen et al., 2015).
Algunos estudios han encontrado que la curcumina posee efectos espermicidas así como actividad antimicrobiana de amplio espectro contra varias especies de bacterias y levaduras (hongos) que causan infecciones vaginales. Por estas razones, la curcumina pudiera ser un anticonceptivo innovador no esteroide, que posee actividades tanto espermicidas como antimicrobianas para el tratamiento de varias enfermedades ginecológicas, incluyendo el cáncer (Naz et al., 2016; Naz and Lough, 2014).
Una revisión de la literatura hecha por Chaudhari et al. (2015) encontró que la curcumina posee varias propiedades antiinflamatorias valiosas que pudieran ser empleadas para el tratamiento de diversas aflicciones de la piel. Sin embargo, es posible que ocurran reacciones alérgicas en personas susceptibles, aunque se necesitan más estudios clínicos controlados con la cúrcuma para aseverar esto.
Antes que decida tomar alguna planta medicinal o suplemento herbario, asegúrese de consultar primero con un profesional de la salud. Evite el autodiagnóstico y la automedicación: ¡Sea precavido (a)!